lunes, 3 de octubre de 2016

NO QUIERO EXISTIR


Imagen de Gregory Colbert


-No quiero existir. Para que no me vacunen. Para que no duela.

Algo que al principio latió dentro de mí como un inicio de alerta terminó siendo una gran oportunidad para los dos.

-¿Es por el dolor? ¿Tienes miedo al dolor? (al día siguiente iban a vacunarle. Nota: no voy a verter aquí opiniones sobre vacunas)

-Si.  Si dejara de existir, si todos fuéramos fantasmas, sólo habría placer y disfrute.

-¿Eso crees? ¿Te cuento un secreto? – y empieza a funcionar la creatividad.

-¿Sabes que el dolor es el contrario del placer? ¿Y que sin uno no podríamos valorar el otro? 
Primero porque sin existir es imposible que sintamos placer. No sentiríamos nada. Dolor tampoco, pero nada de todo lo demás.
Merece la pena existir por muchas otras cosas, merece la pena y el dolor. Sin ti habría un vacío en el mundo aquí donde ahora está tu lugar.

-¿Cuál es mi lugar?

-Este ahora, entre mis brazos. Sin ti yo ahora tendría los brazos vacíos de niños. Haría otras cosas con ellos, pero no sostendrían a un niño. Sin ti no hubiera conocido el amor que siento por ti. Sentiría otros amores pero no este que es sólo tuyo. Sin ti tus dos mejores amigos tendrían un hueco vacío en su corazón y en su vida.

-Tendrían otros amigos, tú tendrías otros hijos.

-Sí, pero no serían TÚ. Sin ti, tu hermano no sería tu hermano. Igual habría un niño…o no, pero si lo hubiera sería diferente. Él es él porque es tu hermano pequeño, tus amigos se completan porque existes. Sin ti Cual, aquel perro que encontramos y cuidamos, no habría sabido que es capaz de amar a un niño como te amó a ti. Sin ti, el orden de las cosas sería diferente.
Tú nos haces más sabios y más fuertes y capaces a papá y a mí. Tu lugar en el mundo es único porque tú estás y es importante. El dolor, la pena, la rabia, existen y nos completan pero nos muestran también el placer, la alegría y el amor.
Es sólo un momento y podemos chillar, llorar y enfadarnos pero también disfrutar, reír y amarnos.
Gracias por poder amarte, gracias por existir.

-Gracias a ti, mamá, por haberme traído a este mundo, por permitir que nazca mi hermano, por hacerte novia de papá y por poder amarte tanto.

Y así creo que estamos aquí (sea lo que sea esto) para hacer girar la rueda. Para amar y expandir el amor en vibraciones de agradecimiento y paz.

Contigo, siempre, seas quien seas, el mundo es un poquito mejor. Ese es el único propósito, ser un poquito mejores. Y no es tan grande como parece. Ser un poquito mejores es pequeño y fácil, es ayudar a alguien, es abrir caminos, es amar en lo pequeño, colaborar en la convivencia, mantener conversaciones, ser honestos…es, en definitiva, extremadamente fácil y pequeño. No nos andemos por las ramas, seamos mejores. Al menos un poquito, al menos por ellos. 

                                                           Imagen de Gregory Colbert